
El destino es la idea de que existe un plan o un orden superior que rige los acontecimientos de nuestra existencia. La casualidad, en cambio, es la ausencia de causa o de conexión entre las cosas que nos ocurren. Algunas personas creen firmemente en el destino y piensan que todo está escrito de antemano. Otras prefieren confiar en la casualidad y en su capacidad de elegir y cambiar su futuro.
Creo, que no existe una respuesta definitiva a esta cuestión. Pienso que hay una mezcla de destino y casualidad en nuestra vida. A veces, hay cosas que pasan por alguna razón, que tienen un significado o una enseñanza. Otras veces, son simples coincidencias, que no tienen mayor trascendencia.
La casualidad también puede ser vista como una ilusión, como una forma de atribuir sentido a lo que nos ocurre sin tener en cuenta todos los factores que intervienen. Desde el punto de vista científico, la casualidad no existe, ya que todo lo que sucede en el universo está determinado por las leyes de la física y la química. Así, el billete de 20 euros que encontré hace unos días en la calle es el resultado de una serie de acontecimientos previos que lo llevaron hasta ahí y que ignoro totalmente.
El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.