
Esta es una de las frases más usadas en el mundo del deporte, los negocios y la vida en general. Pero, es una chaladura paranoica. ¿Qué significa realmente.? ¿Es cierto que para conseguir algo hay que sacrificar otra cosa.?
¿Qué implica perder?
Perder no es solo quedarse sin algo que queremos o que teníamos. Perder también es renunciar, cambiar, aprender, evolucionar. Perder implica asumir riesgos, enfrentarse a desafíos, salir de la zona de confort. Perder es una oportunidad para crecer, para mejorar, para superarse.
Pero eso no significa que para ganar haya que perder siempre, ni que perder sea algo malo. A veces, perder es solo cambiar, y cambiar puede ser bueno. Cuando perdemos algo, nos damos cuenta de lo que realmente valoramos, de lo que nos hace felices, de lo que nos motiva. Perder nos obliga a replantearnos nuestras metas, nuestras estrategias, nuestras actitudes. Perder nos abre los ojos a nuevas posibilidades, a nuevas experiencias.
Perder no es el final, sino el principio de algo nuevo.
¿Qué implica ganar?
Ganar no es solo obtener algo que deseamos o que nos beneficia. Ganar también es disfrutar, celebrar, compartir. Ganar implica esforzarse, perseverar, trabajar en equipo. Ganar es una recompensa por nuestro trabajo, por nuestra dedicación, por nuestra pasión.
Cuando ganamos algo, nos sentimos, satisfechos, realizados. Ganar nos confirma que somos capaces, que tenemos talento, que podemos lograr lo que nos proponemos. Ganar nos inspira a seguir adelante, a buscar nuevos retos.
Ganar no es el objetivo, sino el resultado de un proceso.
Resumiendo que es gerundio, perder para ganar no es una contradicción, sino una filosofía de vida. Una forma de entender el mundo y de enfrentarse a él con atrevimiento y determinación. Una manera de convertir los obstáculos en oportunidades y los problemas en soluciones.
Así que ya sabes: si quieres ganar, empieza por perder. Porque, aunque parezca contradictorio, a veces perder es la mejor forma de ganar.